Torata es una pequeña ciudad que se ubica a solo 6 km de la mina de Cuajone. Torata es una ciudad que se dedica básicamente a la agricultura y la ganadería. La gente es muy amable y en las noches son pocas las zonas que están completamente iluminadas ya que la mano del gobierno no ha llegado con fuerza a dicha localidad. Torata, es una ciudad donde se respira un aire puro y donde sus riachuelos son cristalinos de las aguas de las nevadas que caen. No hay nada que temer si uno tiene sed y desea beber del agua de esos riachuelos y tampoco de respirar el aire que rodea a tan bella ciudad que parece haberse detenido en el tiempo y donde reinan las costumbres antiguas. La gente es muy amable y muy inocente, si ven a un extraño hacen lo posible por atenderlo bien o por hacerlo sentir bienvenido no importando de donde esta persona venga. Torata, definitivamente es un pedazo del cielo donde uno come rico, se siente bienvenido y donde los paisajes son sacados de una película de ciencia ficción

¿Qué es lo que hace especial la existencia de un pueblo como Torata? Para comenzar es importante señalar que no son los atributos que se mencionaran en líneas arriba, ni tampoco es su historia ni su belleza. Torata a comparación de los miles de pequeños pueblos que existen en el Perú queda a solo 6 km de una mina grande llamada Cuajone, así como de su planta concentradora. La mina de Cuajone se dedica principalmente a la explotación del Cobre y también de otros subproductos. Sin lugar a duda es la mina de Cuajone una de las minas que explota más cobre en el Perú y que viene trabajando de esta manera ya desde hace varias décadas.

Mucho se dice que la Minería y la agricultura no pueden ir de la mano, pero este ejemplo de la Mina de Cuajone con Torata es una de las mejores evidencias que agro y mina se pueden llevar muy bien. Torata al día de hoy no ha registrado casos de contaminación ni tampoco de enfermedades de su población a raíz de tener una mina y una concentradora tan cerca. Las relaciones de los trabajadores de la Mina de Cuajone y los pobladores de Torata es muy buena y de hecho estos últimos se han vuelto en socios estratégicos. Los pobladores de Torata han mejorado su calidad de vida al tener la oportunidad de dirigir sus negocios hacia los trabajadores de la mina, así como la de sus familias. Es así que no es nada raro ver a los pobladores Torateños visitar el campamento de la mina para ofrecer sus productos entre los que podemos citar: quesos, miel de abeja, cuyes, vinos, etc. Pero no solo es la buena relación entre ambas partes la que cabe resaltar, sino que los trabajadores de la empresa se sienten tan identificados con esta pequeña comunidad (Torata) que ellos de su propio bolsillo los apoyan en las etapas difíciles. Es admirable ver como los trabajadores de la mina y su familia pueden caminar con tranquilidad en el pueblo de Torata sin necesidad de guardaespaldas o con el miedo de ser atacados o ser vistos con desprecio. Ocurre todo lo contrario, tanto trabajadores como familiares son recibidos con los brazos abiertos.

Es tiempo de desaparecer el mito que minería y agro no pueden funcionar bajo un mismo espacio. Torata y la mina Cuajone lo han demostrado. Si las empresas mineras trabajaran con responsabilidad y con la tecnología de punta que hay disponible, no habría problemas con las comunidades y sería más fácil ganar su confianza. El paso siguiente es definitivamente hacer sentir a esas comunidades que son parte de nosotros y que necesitan todo nuestro apoyo e identificación. La única manera de generar una situación donde todos ganen es tener la cooperación de la mina hacia la comunidad y viceversa. Solamente así generaremos un desarrollo sostenido y mucha inversión que nos beneficiará a todos.

Por: Víctor Mendoza Pérez